Como en el caso norteamericano, la historia de las primeras computadoras que llegaron a la Argentina, en 1960, tuvo como protagonistas a las universidades -de Buenos Aires, del Sur y de Tucumán-, aunque no contó con el apoyo gubernamental más que indirectamente, a través de institutos universitarios públicos o del Conicet. En esta nota comentamos algunos detalles de cómo se dio este proceso en el contexto local, que re formuló las tareas de la investigación científica y la manera de operar de las organizaciones que las adquirieron.
Las computadoras que se diseñaron y construyeron entonces se denominan a veces "primera generación" de computadoras. La primera generación de computadoras eran usualmente construidas a mano usando circuitos que contenían relés y tubos de vacío, y a menudo usaron tarjetas perforadas (punched cards) o cinta de papel perforado (punched paper tape) para la entrada de datos [input] y como medio de almacenamiento principal (no volátil). El almacenamiento temporal fue proporcionado por las líneas de retraso acústicas (que usa la propagación de tiempo de sonido en un medio tal como alambre para almacenar datos) o por los tubos de William (que usan la habilidad de un tubo de televisión para guardar y recuperar datos).